Presos de ETA ya reciben permisos extraordinarios tras tomar el PNV el control de las cárceles vascas
El terrorista Aitzol Maurtua Eguren cumple una condena de 20 años en Basauri y ayer disfrutó de 4 horas de libertad “por motivos familiares”
Maurtua fue condenado a 20 años de cárcel y entre sus delitos está el intento de atentado al Consejo de Europa que se iba a celebrar en Sevilla en 2002
En octubre de 2020 fue acercado por Marlaska desde Huelva hasta Palencia y ya está en el País Vasco
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Aunque oficialmente el traspaso de competencias en materia penitenciaria del Estado al País Vasco no se va a llevar a cabo hasta el próximo día 1 de octubre, ya se empiezan a producir determinados cambios en la custodia de los presos por parte de las cárceles vascas, sobre todo si se trata de condenados por pertenecer a la banda terrorista ETA. Hace menos de un año el etarra Aitzol Maurtua Eguren cumplía condena en la cárcel de Huelva. El pasado jueves pasó 4 horas en libertad en el País Vasco escoltado por 12 policías durante un permiso extraordinario por motivos familiares. Maurtua es uno de los más de 250 presos etarras acercados al País Vasco, quienes con el cambio de competencias están viendo muy mejorada su estancia en prisión.
De hecho, el Gobierno Vasco ya plasmó en el documento que resumía el proceso del traspaso de competencias que su política con los reclusos de sus cárceles iría destinada a lograr que las penas se cumplieran en su mayoría en régimen abierto, y a la luz de la salida extraordinaria del terrorista Maurtua parece que se lo están tomando al pie de la letra.
Bajo la atenta mirada de seis policías de paisano y otros seis ertzainas uniformados, Aitzol Maurtua fue conducido el pasado jueves desde el centro penitenciario de Basauri hasta un caserío a cuya ubicación ha tenido acceso en exclusiva OKDAIRIO. Se trata de una casa situada cerca de Achondo, entre Bilbao y Mondragón, cerca de un polígono industrial. En esa casa pasó las cuatro horas del permiso penitenciario que le fue concedido. El permiso en cuestión le fue concedido por “motivos familiares” sin poder precisar más las fuentes consultadas por este diario.
Lo llamativo de este permiso es que el pasado mes de octubre este terrorista cumplía condena en la prisión de Huelva, desde donde fue trasladado por Interior hasta Palencia, donde ha pasado sólo unos meses porque ahora se encuentra en la cárcel de Basauri, desde la que ya puede pisar la calle, y eso es mucho para un terrorista que no ha sido precisamente un cualquiera dentro de la banda.
Comando Valencia
Maurtua, nacido en Bilbao, fue detenido en Valencia el 9 de junio de 2002 cuando tenía sólo 21 años. Se le vinculaba con la kale borroka pero fuentes de Interior aseguran que aquel año estaba listo para participar en la ‘campaña de verano’ de la banda terrorista ETA contra intereses turísticos en España. Cuando fue detenido, Maurtua llevaba en su mochila una pistola 9mm lista para ser disparada, una placa falsa de policía y documentación también falsificada. En el maletero del coche que conducía la Policía encontró una tartera vacía. Desgraciadamente ese tipo de hallazgos en vehículos de ETA fueron durante muchos años los preludios de un artefacto explosivo.
Pero aquella detención significó mucho más que el final de las andanzas de un joven violento abertzale. Con el paso de las horas los investigadores entendieron que se encontraban ante la desarticulación del comando Valencia, compuesto por varios miembros de ETA que habían viajado desde Francia y el País Vasco para preparar un atentado que de haberse llevado a cabo habría tenido repercusión internacional.
Los días 21 y 22 de junio de 2002, 10 días después de la detención de Maurtua, se iba a celebrar en Sevilla una reunión del Consejo Europeo que iba a contar con la presencia de los jefes de Estado de la UE. La tesis de los investigadores es que el terrorista detenido y los que consiguieron escapar habían sido enviados por la banda hasta Valencia para desde allí poder trasladarse a cometer atentados coincidiendo con la celebración de la cumbre europea.
Maurtua fue condenado por aquellos delitos y cumple una pena de 20 años por pertenencia a banda armada, tenencia de explosivos, tenencia de armas sin licencia y falsificación de documento público. Ahora ya disfruta de momentos de semilibertad en el País Vasco y según fuentes de Interior lo hace porque acepta la legalidad penitenciaria. Lo cierto es que esos beneficios no le habían sido nunca tan accesibles hasta que ha terminado estando en el sistema penitenciario que controla ya de facto el PNV en el País Vasco.
Desde 2018 ya han sido casi 250 los presos condenados por terrorismo acercados al País Vasco con informes favorables o desfavorables de las respectivas juntas de tratamiento penitenciarias. Según la Asociación de Víctimas del Terrorismo, los más de 100 condenados por delitos de sangre son responsables de la muerte de 295 personas. La AVT considera que este traslado masivo de presos de ETA es “la antesala de la impunidad”.